martes, 2 de octubre de 2012

La huida






Ya en sueños he presenciado mí huida

solo con mi cuerpo a cuestas

dejo atrás la túnica de la desvergüenza

los miedos accesorios, la conciencia atormentada

los  placeres ancestrales  coagulados en la sangre.


He visto mi lucidez morir, la razón renunciar

mi inocencia envuelta en túnica de manos que la arañan

los recuerdos incinerados en piras burlonas

mi biografía sentenciada a la agonía. 


Sueño con el túnel  salvador de mí huida,

el hecho de atravesarlo me llena de pánico

el techo y el piso se encuentran tapizados

de una coraza despiadada e  implacable

expulsan de mi  los demonios que me habitan

me condenan a la muerte, dejan mi piel en llagas.


Mis pies renuncian a huir, permanecen atrapados

se atoran en este túnel movedizo y pastozo

versos exorcistas sujetan de mis ropas y mis cabellos 

me enmaraño entre dedos punzantes que recorren mi rostro

como a una carta astral, sin brújula.


Parecerá un universo, pero en solo un segundo

seré temblor en el agua, grabado de anillos

una espada cruza mi rostro para alcanzar la cima

desmiembra mi cuerpo en todas direcciones

aturdida por el olor de la sangre, sin ojos y con la nariz en trozos

mis pasos no han de hallar el doloroso retorno.  

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