Placer ancestral
Tu valle inundó mi mar
Los murallones de cal milenario
Apenas contuvieron la emoción
Las bocanadas de deseo del macizo
Acallaron mi oleaje estridente e Iracundo
Ahogaron mi aliento salino
Convirtiéndome en comarca frutosa.
Nuestro mar se izó al cielo
Con tal ferocidad un oleaje salvaje
Superó los acantilados inmutables
Dejó nuestros cuerpos salinos
Esparcidos sobre el abono cristalizado
Rendidos bajo el manto lunar
Que unieron tu valle y mi mar.
ABE
"Cuentos de Luna"
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