Ya en sueños he presenciado mí huida
solo con mi cuerpo a cuestas
dejo atrás la túnica de la desvergüenza
los miedos accesorios, la conciencia atormentada
los placeres ancestrales coagulados en la sangre.
He visto mi lucidez morir, la razón renunciar
mi inocencia envuelta en túnica de manos que la arañan
los recuerdos incinerados en piras burlonas
mi biografía sentenciada a la agonía.
Sueño con el túnel salvador de mí huida,
el hecho de atravesarlo me llena de pánico
el techo y el piso se encuentran tapizados
de una coraza despiadada e implacable
expulsan de mi los demonios que me habitan
me condenan a la muerte, dejan mi piel en llagas.
Mis pies renuncian a huir, permanecen atrapados
se atoran en este túnel movedizo y pastozo
versos exorcistas sujetan de mis ropas y mis cabellos
me enmaraño entre dedos punzantes que recorren mi rostro
como a una carta astral, sin brújula.
Parecerá un universo, pero en solo un segundo
seré temblor en el agua, grabado de anillos
una espada cruza mi rostro para alcanzar la cima
desmiembra mi cuerpo en todas direcciones
aturdida por el olor de la sangre, sin ojos y con la nariz en trozos
mis pasos no han de hallar el doloroso retorno.
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