Llegarás de noche hasta mis brazos
con el día a cuestas
con las cadenas
rotas de la huida
te reconoceré entre tantos
tu sonrisa, tu
caminar pausado
tu rostro
pampino iluminado.
Llegarás en el
último tren
para yacer
sobre mi cuerpo
enjoyado por el
brillo del sol
llegarás a
beber de mi piel endulzada
con la sal rojiza
del atardecer.
El contar de días
eternos
acabará con mi rostro entre tus manos
con mi cintura
ceñida a tu cuerpo
con tu promesa
cumplida a pesar de los años
la larga ausencia
será apenas un destello
ante la placidez
de tu ansiada llegada.
En una habitación sin cielo
bajo la garúa
de estrellas
descontaremos
miles de besos
desplancharemos
mi vestido
desordenaremos
tu cabello.
Cada prenda caerá
en la entrega
la luna revivirá
nuestros cuerpos sin tiempo
las olas golpearán
los aceros carcomidos
enmudecerá nuestro canto
los gaviotines
chillones
sabrán cuanto
te he extrañado.
Todos dormirán
esa noche
nadie sabrá de
tu llegada ni de tu marcha
solo tu maleta
compañera de viaje
sabrá que al abandonar
el Sol las quebradas
me encontrará sola
y desnuda sobre la playa.
Alicia Cecilia